7 de mayo de 2009

Al pasajero se le conoce por su maleta.


Al pasajero se le conoce por su maleta.

He estado desconectada de mis escritos sobre el Tren, no porque haya dejado de viajar en el, ni que me haya aburrido de ésta afición, sino porque en verdad: No sé!...el Tren sigue corriendo, han habido viajes, en monorriel y en Metro, paradas, pasajeros nuevos, algunos compañeros de viaje de antaño, en fin, sin dedicarle líneas a las excusas, siento ganas de filosofar sobre la idea de lo que puede pesar nuestro pasado , qué tanto nos afecta? ¿Somos producto de lo que hemos hecho? ¿Siempre se cosecha de lo que siembra?

La sabiduría popular analiza este tema con innumerables e ingeniosas sentencias como: "El que tiene techo de vidrio y cola de paja, que no tire piedras, ni juegue con fósforos", "Cría fama y acuéstate a dormir",
"Tiempo pasado, traído a la memoria, da más pena que gloria", en fin, cualquier cantidad de ellos, que concluyen y sentencian, utilizando un léxico popular, jocoso y en ocasiones irónico, como lo es el que pongo en el tapete el día de hoy "Al pasajero se le conoce por la maleta".

La maleta: Que puede ser la maleta? Lo que cargamos y lo que nos caracteriza? Una vez leí una historia que se llama ¨Las cosas que llevaban los hombres que lucharon¨(The Things we carried, Tim O´Brien)que narra sobre
unos soldados que llevaban en su bolsa aparte de todo su equipo militar, todos sus recuerdos, su personalidad, su pasado, sus odios y amores, su fuerza y sus miedos. En medio de la guerra estos hombres llevaban a cuestas esta pesada carga. Parece increíble cuánto podían cargar, la lista de cosas parece interminable, pero es diferente para cada uno.

Podemos concluir que la maleta somos nosotros, es un icono de tu carácter, una valla publicitaria gratuita que le dice al mundo por dónde has pasado y que has ganado o perdido, a quienes has querido u odiado. Te subes al tren, y los demás en lugar de mirarte a la cara, examinan tu maleta. Mmm, -Luce vieja y rota, debe ser que ha viajado mucho y por malos caminos, posiblemente en un diablo rojo, por eso esta tan maltratada-. ¡Vaya, sí que es elegante la chica, lleva un maletín muy fino, pareciera ser que nunca lo usa!-. – Parece ser un hombre práctico e inteligente, su maleta es pequeña y compacta, solo lleva lo necesario-. ¡Si es tacaño el hombre ese, lleva ese maletín que no cabe un alfiler, no quiere comprar uno más grande!-.

Hemos categorizado a cuatro personas diferentes basándonos en su maleta, si, pero no es que ahora trabajo para la Samsonite, o me he vuelto una experta psicóloga maletista, de verdad, nuestra maleta habla por nosotros. Para aclarar la analogía, traigo a colación el caso reciente de algunos personajes del ambiente político nacional, sin mencionar nombres, los cuales se vieron afectados en sus aspiraciones políticas porque la maleta que cargaban o consiguieron tiene de todo!! Y cuando digo de todo, quiero decir que la maleta de los soldados de la narración que mencioné, es un detalle al lado de la maletita de este personaje. Definitivamente, muchos de los artefactos que van en la mencionada maleta, ya no los usa, están obsoletos, son un lastre, un estorbo, ya no los quiere o no le sirven, y me atrevería a asegurar que más de dos veces alguno de estos personajes ha puesto la maleta sobre los rieles del tren con el inmenso deseo de desaparecer esta vieja y gorda maleta, y usar la otra maleta la del profesional incorruptible, la que le recomendó la Chica Yeyé para mejorar su imagen, pero increíblemente después del maleticidio, aparece otro atado con pulsera de seguridad a su muñeca, más pesado que el anterior y sin llave para abrirlo.

Podemos decir que la maleta de este personaje, hizo que lo tiraran del tren, o el peso de la maleta lo tiró abajo? Y no confundamos un personaje con otro, ambos afectados por maletas, una vieja y otra pesada. El asunto es que el efecto colateral, la onda expansiva que estas generan, repercuten en nuestro presente de una manera negativa o positiva, dependiendo de qué es lo que se guarda en la maleta.

Se sabe que el pasado es pasado y pisado, pero también dicen que el pasado no perdona. Que hemos puesto en nuestra maleta? Porque todos llevamos una; algunos han aprendido a utilizarla para su bien, guardando en ella sus experiencias y todo lo que se aprendió de los errores, otros cargan sus fracasos y decepciones, sus virtudes o sus pecados. Que tienes en tu maleta? Estamos a tiempo de renovarla?

Dios a través de su hijo Jesucristo nos promete aligerar nuestra carga, llámese maleta, a cambio de creer en El. Esperanza y certeza hay de que todo lo malo que hicimos o vivimos queda perdonado. Sin embargo el hombre en su humanidad e imperfección no olvida y difícilmente perdona. Lo vemos claramente al juzgar a los demás por su maleta. Pero que podemos hacer si en muchos casos lo que se carga allí es tan pestilente y nauseabundo que no se puede ignorar! Solo Dios con su poder podría borrar esa pestilencia para siempre y lo hace solo si el dueño de la maleta en verdad así lo quiere y lo desea. Concluimos con esto, que hay muchos que no quieren de corazón, cambiar su maleta.

Revisemos nuestra maleta, botemos lo que no sirve, clasifiquemos nuestras experiencias como si fueran herramientas, tengamos a la mano nuestros recuerdos alegres y vivencias productivas para consultas, llevemos nuestros conocimientos organizados y dejemos espacio para lo novedoso. El amor al prójimo, las buenas obras desinteresadas, la mano que le tendiste al necesitado, el hombro que prestaste a tu amigo, la sonrisa que diste al desconocido, sin darnos cuenta embellecen y enriquecen nuestra maleta. De la misma forma, tus negativas, envidias, celos, egoísmo, avaricia, mentiras, violencia, intolerancia y rechazo se llevan en la maleta como si fueran parte de ella, es el diseño estampado, son los tatuajes de la maleta, que al igual que los sellos de entrada y salida en los pasaportes, dicen al mundo por dónde has caminado, a quienes les has pasado por encima y a quienes has ignorado y despreciado.

Nunca es tarde para empezar a organizar nuestra maleta, aceptar que la llevamos es el primer paso, convertirla en nuestra aliada, es lo que sigue. Hagamos como dijo Gabriel García Márquez, "La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado" y tomemos este consejo para nuestro crecimiento personal, y aquellos que quieren tapar el Sol con el dedo, diciendo que el pasado no existió (no sé cómo puede ser eso) o es producto de nuestra imaginación, nos dejan claro que no les pesa ni se arrepienten de llevarlo a cuestas. La historia ha demostrado que Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.

2 comentarios:

Jean T de P dijo...

Hola Annette, sobre tu artículo pienso que aunque somos tan diferentes por fuera, se puede decir como los colores que existen, por dentro somos tan parecidos en cuanto a sentir emociones y a nuestros pensamientos. La maleta de cada uno de nosotros es nuestra memoria, donde llevamos de todo, pasado, presente y futuro, aunque a veces tenemos un tremendo revoltijo dentro que se nos hace dificil separar los momentos, cosas y situaciones que pertenecen a cada categoría.

Para mi el pasado es lo que me dió experiencia para enfrentar el presente y prepararme al futuro. No necesito estar todo el tiempo pensando en lo que he perdido, lo que me han quitado o lo malo que me ha sucedido, en cambio si puedo manejar y canalizar de forma positiva lo pasado, tomar lo mejor de esa experiencia y decidirme a ser fuerte o ser débil (el libre albedrío que nos otorga Dios).

Renovar nuestra maleta depende de las ganas que tengamos cada uno de hacerlo pensando siempre si vale la pena hacerlo no importa el destino al cual pensemos llegar en nuestro recorrido...

Cuídate!!!

Jean T de P dijo...

Hola Annette, sobre tu artículo pienso que aunque somos tan diferentes por fuera, se puede decir como los colores que existen, por dentro somos tan parecidos en cuanto a sentir emociones y a nuestros pensamientos. La maleta de cada uno de nosotros es nuestra memoria, donde llevamos de todo, pasado, presente y futuro, aunque a veces tenemos un tremendo revoltijo dentro que se nos hace dificil separar los momentos, cosas y situaciones que pertenecen a cada categoría.

Para mi el pasado es lo que me dió experiencia para enfrentar el presente y prepararme al futuro. No necesito estar todo el tiempo pensando en lo que he perdido, lo que me han quitado o lo malo que me ha sucedido, en cambio si puedo manejar y canalizar de forma positiva lo pasado, tomar lo mejor de esa experiencia y decidirme a ser fuerte o ser débil (el libre albedrío que nos otorga Dios).

Renovar nuestra maleta depende de las ganas que tengamos cada uno de hacerlo pensando siempre si vale la pena hacerlo no importa el destino al cual pensemos llegar en nuestro recorrido...

Cuídate!!!