23 de junio de 2010

Estacion Final? NO!! Un nuevo camino! SI!


Hubiera yo desmayado,
si no hubiera creído que habría de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes.
Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón.
Sí, espera al Señor" (Salmo 27).



Después de tener muchos días sin escribir y muchos menos la motivación para hacerlo, me encuentro aquí nuevamente con un tema que enredado se cuela entre los jirones que el dolor, la tristeza, la impotencia y la frustración que la pérdida física de un ser que amamos, nos produce. Quiero hoy dedicar mis humildes letras a un angelito, un ser especial, un pequeñín que alumbró este mundo y nuestras vidas con su luz y su sonrisa: Ramsés. Y lo hizo tan bien, y de forma tan efectiva en su corto viaje de 5 años en el Tren de la Vida, que es imposible olvidar la influencia de su presencia en las vidas de aquellos que tuvimos la dicha y el orgullo de viajar con él. Su viaje por esta vida fue increíble, emocionante y sobre todo lleno de amor, es por esto que, a los que quedamos pasmados, atónitos y con el corazón destrozado, nos cuesta tanto olvidar y reponernos. Sera posible, nos preguntamos? Porqué? Que duro es esto…
Sin embargo, no estoy escribiendo aquí para cuestionar, lo que ya no va a cambiar, ni para entender porque pasan cosas como estas, a niños como Ramsés, porque no tendría respuesta, y un dolor más y más profundo iría cavando un pozo sin fondo, que no podrá ser llenado con nada. Las respuestas se darán en el transcurso de nuestro recorrido. Pero de algo si estoy segura, no es la Estación Final, es el inicio de un nuevo camino.
Sigo escribiendo, haciendo como decimos: tripas corazón, para dejar plasmado en mis viajes del Tren de la Vida, que la desaparición física de las personas, lo que llaman muerte, es parte de la vida y no es más que un cambio de ruta. Nadie sabe que hay en esa nueva ruta, en ese nuevo recorrido. La esperanza es lo que alimenta la fe de que en este nuevo camino, hay paz.
Ramsés influyó de forma positiva en todos los que tuvimos el honor de compartir con él, en todos los que le entregamos muestro corazón desde el momento que vimos su sonrisa, todo el que lo conoció, quedó prendado de su dulzura, su inocencia y su personalidad de forma inmediata. Su encanto natural conquistó los corazones de muchísimas personas, y así como a mí, de una u otra forma nos cambio la vida.
Venia yo del vagón del miedo y la violencia, asustada, herida, resentida y Dios puso este niño en mi camino y al subirse el a mi vagón oscuro y averiado, lo llenó de luz, de esperanza, de alegría y me di cuenta a través de él, en esas semanas que lo tomé prestado como mi bebe, que Dios nos ama, nos perdona y siempre nos tiene otra oportunidad. La presencia de Ramsés me devolvió la fe perdida y me hizo viaja nuevamente en el Vagon de la Esperanza. Su luz, su inocencia me saco del abismo, y recobré el amor propio, entendí que la vida es bella y eso que compartimos Ramsés y yo, venció el dolor. Gracias, mi rey!
Estoy segura de que testimonios como el mío, hay muchos y aun mas transformadores y poderosos. Puede un pequeño dejar un legado de amor, de paz, de sensatez tan valioso y único como el que nos dejo Ramsés? Pues si, en medio de todo el dolor que nos ha causado su partida, sabemos que su aporte en esta viaje fue grandioso e inolvidable. Y creo, por estas mismas razones, que aun tendremos más testimonios de amor y de conciliación, y de grandes cosas que serán producto del toque de amor y pureza de Ramsés.
Sus padres, se preguntan a toda hora, por su bebé, pero la fuerza del amor que compartieron con él les ha hecho saber que donde él esta, puede aun hacer más y lo hará. Estamos seguros que Dios tuvo y tiene un propósito, y un propósito grande, de campeones!! para él. Su viaje no fue en vano, y mucho menos el que él inició ahora, el partió por delante y será el guía, la estrella que nos ilumine, el lazo que nos una como familia y la llama que mantenga nuestra fe viva. La tranquilidad de que él no sufre, ni llora más, el mismo se ha encargado de hacérnoslo saber. El ahora es Luz!
Te pedimos Dios, que nos des fuerzas a los que estamos en este vagón del dolor y la tristeza de este lado del camino, porque somos nosotros los que seguimos aquí. Ayúdanos a cruzar en el vagón de la fe y la esperanza, guiados y fortalecidos con esa fuerza que solo tú Señor puedes darnos y seamos aliviados y consolados, teniendo la certeza de que lo volveremos a ver, y el regocijo nos invadirá porque aun antes de esto veremos cosas grandes y tu poder sanador en nuestras vidas y familias. Conciliación, paz, amor, tolerancia son bendiciones que tuvimos a través de este angelito, el cual ahora en tu presencia, disfrutando de tu gloria, se magnificará y enriquecerá con tu infinito poder y su amor se derrame sobre nosotros como bálsamo que sanará nuestras heridas y mitigará nuestra pena.
Gracias Ramsés por todo lo que nos distes! Te amamos, hasta luego chininini!




¨De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida¨ Juan 5:24