Ese dicho de "pasar la página"…que quiere decir? Lo hemos escuchado muchísimo en boca de amigos que nos dan consejos, o en conversaciones coloquiales donde se comenta acerca de la nula intención de un individuo a aceptar realidades y la fijación de seguir con la misma cosa siempre: - "Faustino es necio, no quiere pasar la página y sigue pensando en Calixta"- "Calixta ya pasó la página con Faustino" - "Tiburcio se ha quedado atrás, no quiere pasar la página y dejar todo el rencor atrás"-
"Debes olvidar ese incidente con Cuquita y pasar la página de una vez por todas". Estos son solo algunas de las comunes situaciones en la que esta frase aplica.
Waooo..que sabiduría! Sabiduría que viene de la filosofía popular, alimentada y enriquecida con la experiencia adquirida en nuestro viaje por el Tren de la Vida. Es una instrucción sencilla, clara y concisa, sin embargo a pesar de haber sido probada y comprobada, es tan difícil de seguir; seamos honestos: No es fácil ''pasar la página".
Muchas veces nos cuesta tanto dejar atrás hechos, personas, lugares, eventos porque están atados a nuestras emociones y sentimientos, diría yo que a nuestros sentidos. Personas que se han convertido en parte de nuestro vivir, lugares en los que hemos crecido, vivido, reído y llorado, situaciones que generaron felicidad o tristeza, satisfacción o decepción, se anclaron en nuestro vagón, y pareciera ser que se necesita una grúa de fuerza sobrehumana para sacarlos de ahí. Los eventos que van acompañados de emociones, sean buenas o malas, utilizan éstas para sellarlas de forma indeleble en nuestra memoria. De allí, que nos resulte doloroso dejarlas atrás, sentimos que nos arrancan un pedazo de piel.
¿Y por qué debo pasar la página? Cuando estos eventos, personas, lugares se tornan dolorosos, obsoletos, fútiles, dañinos y hasta desconocidos, debemos seguir adelante. Reconocer que hay cosas que no fueron como queríamos, asimilar el hecho que no podemos seguir en el mismo lugar, o con la misma persona, perdonar las ofensas, dejar atrás el rencor.
Pasar la página, más que un decir popular, es un acto de valor, humildad, madurez, determinación e incluso de auto respeto y estima. Entender, aceptar, digerir, asimilar que hay que seguir, sin mirar hacia atrás, en verdad se necesita más que solo pasar la página, es dejar en esa página huellas de llanto o risas, de amor o dolor, pero algo debe estar claro, cuando pasas la pagina es porque ya terminaste el capitulo o el capitulo te terminó a ti. Si vuelves atrás, es porque nunca lo terminaste, nunca la pasaste. En este extraño libro, al pasar la página desaparece el capitulo completo, pero, si aun estas allí, jugueteas con él, regresando una y otra vez al principio, releyendo las mismas palabras, parafraseándolas para engañarte.
No seamos como la mujer de Lot, la cual por mirar atrás, se convirtió en estatua de sal en castigo por la notable nostalgia que sintió al no pasar la página del capítulo de Sodoma y Gomorra.
Como dije al principio, es muy fácil decirlo, duro de cumplirlo, pero no es imposible. Estoy segura que algún día recordaremos esos capítulos desaparecidos, sin dolor, sin nostalgia, porque así como pasar la página es un acto de valentía, la esperanza que traen los nuevos capítulos, nos da la confianza y la certeza de que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista!!
1 comentario:
Un buen artículo...pasar la página... o sea cerrar capítulos, algo que a las personas les cuesta porque siempre queremos vivir en el pasado, especialmente las cosas buenas que nos pasaron y se nos olvida que el presente puede ser mucho mejor y que el futuro nos puede traer cosas más emocionantes...
Publicar un comentario